Limpia Conmigo/Visitando El Pessebre en Bascara España/Seca
Irati Taverna Basca se encuentra justo al lado de la bulliciosa Rambla de San Josep, no muy lejos del famoso Teatro del Liceo. Es uno de nuestros lugares favoritos para tomar un ligero aperitivo de pintxos vascos en el Barrio Gótico.
En la línea de las tapas, los pintxos son pequeños bocadillos que se comen en los bares, pero suelen ser un poco más grandes y suelen servirse individualmente en rebanadas de pan con un palillo (es decir, un “pincho” -o pintxo en vasco-) en ellas.
Se ofrece una gran variedad de coberturas, y como todas están expuestas en la barra, sólo hay que elegir las que nos parezcan más interesantes o atractivas. Puedes comer tantos o tan pocos como quieras, pero si eres como nosotros te encontrarás con un montón de palillos en el plato en poco tiempo. Asegúrate de guardar esos palillos, ya que el camarero los contará cuando hayas terminado para poder contabilizar tu cuenta.
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Situado en la Cala Montgó de l’Escala, una de las playas más populares de la zona, donde el sonido de las olas y la brisa te acompañarán durante tu comida. De origen mediterráneo, trabajan con productos locales y de calidad. También cuentan con el restaurante al aire libre La Brasa de Can Miquel, donde podrás disfrutar de las mejores carnes y pescados a la brasa, y La Balsa, un lugar chill-out ideal para tomar una copa.
Situado en primera línea de mar en la playa de la Fosca de Palamós y abierto todo el año, es un restaurante especializado en pescados y arroces con productos de primera calidad y una carta gastronómica. Se puede comer, tomar una copa o un cóctel y refrescarse en la piscina. Por las noches suele haber música en directo y un gran ambiente. Todo ello con unas vistas espectaculares al mar y a la playa de La Fosca.
Pertenece al colectivo “Cuina de l’Empordanet” y está situado a pocos metros de la playa de Pals. Ofrece una variada cocina mediterránea con una carta de tapas, entrantes y ensaladas elaboradas con productos locales, carnes y pescados. En verano, la terraza ofrece diversos buffets fríos y actuaciones musicales. Pagando un pequeño suplemento, se puede disfrutar de la piscina.
Oriol Zonal Bàscara 2018, Fase de Quadre
Una pequeña joya en medio de la nada. ¡Habitaciones todas reformadas a muy buen nivel,tuvimos una suite enorme con vistas a la preciosa piscina,la comida excelente ,Xabi es un anfitrión estupendo y habla muy bien inglés,este lugar es una parada perfecta para los moteros no os lo perdáis!
El personal es extremadamente cálido y acogedor. La comida es estupenda, y nuestra habitación cuádruple era espaciosa y cómoda (incluso tenía nevera). Gran aire acondicionado y ambiente encantador. La piscina es muy popular, al igual que el restaurante (¡muchos lugareños también disfrutan de la comida!).
Nos quedamos una noche con nuestros dos hijos de camino a nuestro destino de vacaciones. Personal muy acogedor, habitaciones contiguas – perfecto para familias, aire acondicionado, a sólo 10 minutos de la autopista. Comimos en el restaurante que estaba bien de precio y tenía un menú para niños. Al salir nos dieron una botella grande de agua de cortesía para el viaje, lo que fue un buen detalle.
El Hotel Les Roques tiene una sala de televisión que da a la terraza. En el exterior hay un campo de deportes y un parque infantil. El personal de la recepción puede proporcionar información turística y se puede alquilar una bicicleta de forma gratuita.
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Hacía mucho tiempo que no conseguía algo increíble por un dólar, pero a 1 euro/cada uno, los increíblemente deliciosos pintxos del Irati son la mejor relación calidad-precio en la gastronomía de este universo y posiblemente de universos paralelos.
En primer lugar, el ambiente es muy parecido al de los locales. Lleno, animado y divertido. Siendo de los EE.UU. y con un grupo ruidoso de 4 chicagoanos bebedores de vino tinto, recibimos una buena parte de las miradas del estilo “¿quiénes son esas personas y por qué están hablando tan malditamente fuerte”, pero bueno, hablamos fuerte.
Dicho esto, el personal del restaurante no podía ser más amable. Incluso con el lugar lleno hasta los topes, nos encontraron un lugar para relajarnos y comer nuestros pintxos (hablaré de ellos en un segundo), pero también nos recomendaron un buen vino y nos explicaron el proceso de pedir.
En lo que respecta a pedir, hay pintxos en filas alineados en la barra. A primera vista, ves los colores brillantes, el pescado de aspecto fresco y los ingredientes exóticos y tu primer pensamiento es “wow, realmente me gustaría agarrar esa cosa y comerla”. Entonces, para tu asombro, te das cuenta de que los sueños se hacen realidad y que puedes hacer exactamente eso.
